Ubicación geográfica
Los tepehuanes del sur son uno de los cuatro
grupos indígenas que habitan en la región conocida como el gran nayar, en el
área meridional de la Sierra Madre Occidental, en porciones de los estados de
Durango, Nayarit, Zacatecas y Jalisco. Se les denomina “del sur” para
distinguirlos de un grupo de tepehuanes que habita en el estado de Chihuahua,
al que se le conoce como tepehuanes del norte. Al territorio tepehuán lo
caracterizan elevaciones superiores a los 2 mil metros sobre el nivel del mar y
barrancas que alcanzan los 400 msnm. Este grupo se compone de tres ramas:
tepehuanes del norte, tepehuanes del sur y tepecanos. Los tepehuas al igual que
los pames integran la familia yuto-azteca.
El origen del
término tepehuan
El término tepehuan deriva de la palabra
náhuatl “tepetl”, que significa cerro, la terminación “huan” es una partícula
posesiva, juntos quiere decir “dueño de cerros”. Otra variante que explica el
origen afirma que significa “conquistador de batallas”.
Lengua
La lengua que hablan los tepehuas
deriva del yuto-azteca y se la conoce como lengua tepehuana. Como sucede con la
mayoría de las lenguas indígenas, en esta hay diferencias dialectales (de
fonética y léxico), entre los que viven en el Mezquital y Pueblo
Nuevo, lo que no impide la mutua inteligibilidad. Sin embargo, guardan
una lejana similitud con la de otros pueblos como los coras y los huicholes.
Antecedentes históricos
Según estudios arqueológicos, los primeros pobladores de los
valles y sierras del actual estado de Durango arribaron hace aproximadamente 16
mil años y procedían del suroeste de Norteamérica. El cultivo del maíz propició
la sedentarización de estos pueblos. Puede hablarse de la existencia de una
época clásica alrededor del año 500 d.C., vinculada con la cultura
Chalchihuites, que se desintegró aproximadamente en el 1200 d.C., debido quizás
a la intrusión de nuevas olas de inmigrantes, con los que se configuró la gran
variedad de grupos existentes a la llegada de los españoles. Los indígenas que
ocupaban los llanos, valles, quebradas y sierras de Durango a principios del siglo
XVI, debieron ser grupos semi sedentarios que combinaban la agricultura con la
caza, la pesca y la recolección.
La conquista y colonización del norte de la Nueva España se
destacó por ser una empresa particular. La Corona cedió todos los derechos a
hombres prominentes para administrar y explotar las riquezas a su arbitrio.
Esto provocó que la violencia contra los grupos nativos se intensificara, para
obligarlos a trabajar en las minas. Las órdenes religiosas fueron un factor
importante en la congregación de poblados para dichos fines. Aquellos que se
opusieron huyeron a las partes más inaccesibles de la sierra, pero hay
testimonios de que los persiguieron y destruyeron sus cultivos para obligarlos
a trabajar. Todo esto propició la extinción, reubicación, aculturación y
rebelión de los pueblos nativos. Los levantamientos armados fueron frecuentes
desde los primeros años. Hacia 1590, y luego en 1601, hubo grandes rebeliones
en las minas de Topia, antecedentes de la gran insurrección encabezada por los
tepehuanes en 1616, en la cual varios pueblos y reales de españoles fueron
saqueados. Las crónicas dan a entender que se trató de un movimiento general
donde participaron tarahumaras, coras, acaxes, xiximes e incluso negros, con el
objeto de expulsar a los europeos. El movimiento de corte eminentemente
mesiánico fue derrotado debido a la falta de organización de los insurrectos.
Debe destacarse que durante la pacificación, a los ejércitos
españoles estaban incorporados indios aliados. Fueron los mismos tepehuanes
quienes unidos al poder hispano derrotaron, a fines del siglo XVII, a los
coras. El pago por esta valiosa ayuda fue la demarcación y entrega de los
títulos primordiales a las comunidades de Santa María Ocotán, San Francisco,
Teneraca y Taxicaringa. No obstante, los tepehuanes del valle de Canatlán
fueron deportados en el mismo periodo a Milpillas Chico y Lajas a causa de su
belicosidad. El traslado de tepehuanes, provenientes de los llanos hacia el
interior de la sierra, ha sido constante. Todas estas reubicaciones fueron
consecuencia de los levantamientos indígenas que obligaron en 1738 a trasladar
la capital de la Provincia de Durango a Parral. Es importante destacar que la
localización actual de los tepehuanos, divididos en dos grupos (norte y sur),
se circunscribe a un largo proceso de reacomodos forzados y a una paulatina
aculturación.
La lucha por defender su territorio es constante entre los
tepehuanes. Durante la Revolución y la primera guerra cristera se levantaron en
armas; la lucha agraria debió ser la bandera que los motivó, pues el armisticio
que se logró después de la primera guerra cristera tuvo como resultado el
derecho al reparto y uso de tierras entre la comunidad de Santiago Bayacora.
Cuando se desató la segunda guerra cristera, que se prolongó hasta 1934, su
epicentro fue en la Sierra Madre de Jalisco y Durango. La resistencia cristera
en esta ocasión siguió infringiendo serias derrotas al gobierno, al grado de
que éste se vio obligado a recurrir al primer ataque aéreo realizado contra la
población civil en México, tal y como lo recuerda la tradición oral de la
región. La persistencia de las demandas fue el factor decisivo para que los
o'dam recibieran en 1936 el reconocimiento legal como comunidades agrarias,
obteniendo la resolución presidencial con base en los primeros títulos de la
época colonial.
A pesar de todo, los conflictos en torno a la tenencia de la
tierra no han cesado. Los ganaderos mestizos de Zacatecas invaden
constantemente sus tierras y pastos.
Salud
A pesar de que existen médicos tradicionales, sólo se recurre a
ellos en caso de gravedad, dado el alto costo de sus curaciones. Una simple
limpia puede costarle al paciente un cerdo (o su equivalente en dinero), y una
curación prolongada hasta una res, siempre y cuando el enfermo sane. Esta
situación obliga a que se practique en familia una terapia muy rudimentaria,
que consiste, por ejemplo, en ayunos o búsqueda de calor durmiendo junto al
fuego; o bien siguiendo los consejos que se dan unos a otros en la utilización
de remedios naturales y medicina alópata que se consigue en las misceláneas. El
curandero utiliza una variedad de métodos con el fin de sanar al paciente, como
sobar calentando sus manos, chupar sangre mala con tubos de carrizo, limpias
con plumas de águila o gavilán, bocanadas de humo de tabaco macuche acompañadas
de una petición a la deidad intercesora, o chupando de la frente los objetos
que atacan al paciente; esta terapia se sigue también para las enfermedades que
envían los muertos a los familiares que no cumplen con sus obligaciones
rituales. Las mejores horas para curar son el amanecer y el mediodía para los
vivos y durante la noche para despedir el alma de los muertos. Cualquier
curación tiene mucha mayor eficacia si se practica durante el mitote.
Las enfermedades más frecuentes son las gastrointestinales y las
infecciones en vías respiratorias ocasionadas por un alto índice de
desnutrición. También se necesita con frecuencia suero contra el piquete de
alacrán.
Comida Tepehuana
El maíz es el más apreciado de los
alimentos tepehuas. La importancia de este cereal se observa en la mitología,
en la que el Maíz constituye el héroe cultural inventor del rito de Costumbre,
a la vez que espíritu de la principal de las semillas que fructifican en las
milpas indígenas. Por su importancia en la producción campesina, marca los
tiempos del ciclo agrícola y ritual, y es objeto privilegiado de atención en
uno de los principales ritos comunitarios anuales: La Costumbre de Elotes,
alrededor del 16 de septiembre. Los tepehuas son particularmente sensibles al
sabor del maíz según si está tierno y dulce o seco, y del seco, sobre el maíz
de la cosecha pasada, prefieren la exquisitez del maíz nuevo. Consideran usos
distintos para cada uno de los tipos de maíz que cultivan (blanco, amarillo,
rojo, negro, delgado, diente de caballo, olotillo); utilizan el olote como
combustible y como tapa de botella, las hojas (totomoxtle) para alimentar a las
bestias y “amarrar” tamales, es decir, envolverlos en la hoja que envolvía la
mazorca. Además del lugar que ocupan en la mitología y el rito los
animales del monte que depredan el maíz en la milpa, hay distintas formas en
que los tepehuas y sus animales domésticos consumen el grano seco o asado, como
masa nixtamalizada pero cruda, cocido y bien molido, sólo martajado o, líquido,
ligeramente fermentado o endulzado, para preparar diversos tipos de atoles,
tortillas y tamales rellenos de varios guisos, envueltos en hojas de maíz o de
papatla.
Sólo después del maíz en sus muchas formas de
preparación, el pascal es el plato que los tepehuas de San Pedro Tziltzacuapan
más aprecian. Los tepehuas califican con severidad la consistencia de las
“bolitas” hechas con masa de semilla de calabaza pipián, que da su exquisito
sabor a esa especie de grasoso caldo de pollo. A falta de pipián, el ajonjolí
puede sustituir el ingrediente preferido. El pascal es la comida prescrita para
alimentar a los “angelitos” (solteros sin descendencia) en Todos Santos, del 31
de octubre al 1 de noviembre, y a los apenas fallecidos en su Baño de Difunto,
cuatro días después del deceso. En ambas ocasiones, el pascal se ofrece sin
chile a los muertos, pero los tepehuas gustan comerlo con chile que pinta de
rojo un caldo antes verde. En días de muertos, el pascal se distingue del pollo
en mole picante como comida principal para los “grandes” (casados con
descendencia) celebrados del 1 al 2 de noviembre y agasajados en el altar de
Todos Santos y Fieles Difuntos. En el rito mortuorio, el pascal para el muerto se
distingue también del pollo en mole pero, sobre todo, del pollo entero cocido
que se ofrenda a las divinidades y a los vivos.
Vestimenta
tradicional
Entre los hombres, la vestimenta tradicional está cayendo en
desuso, sobre todo en las comunidades más cercanas a la influencia mestiza. En
un promedio del 80% ya no lo utiliza excepto cuando asisten a las fiestas
religiosas y a los mitotes. Esto quiere decir, que casi todo tepehuan tiene su
camisa y su calzón de manta, pero únicamente lo utiliza en ocasiones
especiales. Permanece el guarache, morral bordado y sombrero de soyate.
Por el contrario, las mujeres en su mayoría portan el traje tradicional que consiste en coloridas blusas, faldas y mandiles de satín decoradas con encajes y listones de colores, rebozo negro de encaje y calcetines afelpados de colores muy vivos, zapatos de hule.
Todavía elaboran sus “huarach” de vaqueta, preparando el material del tal modo que dejan las correas más blandas y pueden hacer tejidos más finos.
Por el contrario, las mujeres en su mayoría portan el traje tradicional que consiste en coloridas blusas, faldas y mandiles de satín decoradas con encajes y listones de colores, rebozo negro de encaje y calcetines afelpados de colores muy vivos, zapatos de hule.
Todavía elaboran sus “huarach” de vaqueta, preparando el material del tal modo que dejan las correas más blandas y pueden hacer tejidos más finos.
Las mujeres tejen el “guangox” en el telar en la cintura y lo usan
los hombres para cargar su comida y demás cosas de uso particular.
Mitos y leyendas de los
tepehuanos
La Leyenda del
1er Hombre según la Mitología Tepehuana
Contaban los tepehuanos que el sol había comunicado a la
estrella de la mañana que iba a crear a los hombres que habitarían la tierra y
que de ellos harían siete razas. Un duende que vagaba en el espacio y que
llamaban Cachinipa, que era el genio del mal, escuchó aquella
confidencia y creó un enorme dragón de siete cabezas, que debería devorar a las siete razas que el sol
proyectaba crear. Se escuchó en el mundo un pavoroso estallido y en una lóbrega
caverna apareció el monstruo, con ojos de color sanguíneo en
cada cabeza, con formidables garras y un enorme aguijón en la cola. Era un
asqueroso reptil que se deslizaba con rapidez vertiginosa y que tenía dos alas
poderosas para cruzar los mares y los abismos.
Aquel
dragón recorría el mundo en busca del primer hombre para
devorarlo y, guiado por Cachinipa, llegó una mañana al sitio
paradisiaco en que aquel naciera. Se lanzó sobre éste con las fauces abiertas;
pero en ese momento un águila colosal descendió rápidamente a aquel sitio, cogió al niño entre sus
garras y lo llevó a un enhiesto picacho poniéndolo a salvo y regresando
enseguida al lugar en donde había quedado el dragón con el que entabló una
lucha espectacular dándole al fin la muerte.
Ante
aquel fracaso Cachinipa envió
unos formidables lagartos que ataron a un árbol al primer hombre para que un
nuevo dragón lo encontrara indefenso, pero un conejito trozó con sus dientes las
ligaduras, el hombrecito se
puso a salvo huyendo sobre el lomo de un venado y como el niño estaba hambriento,
el conejo se sacrificó para alimentarlo con
su carne.
La fábula narrada explica el porqué el culto de los tepehuanes al águila,
el venado y el conejo.
Fiestas patronales
Cada comunidad cuenta con un ciclo distinto de fiestas,
introducidas a raíz de la evangelización colonial, que son patrocinadas por los
mayordomos, elegidos con un año de anticipación, para que reúnan los fondos
necesarios para pagar los adornos y la res que se sacrifica en ofrenda al santo
conmemorado. La ceremonia se inicia en la víspera con la colocación de velas y
con el rezo, mientras los músicos tocan varias canciones con guitarra y violín.
Al día siguiente, las autoridades entregan sus varas y ceden el poder al santo.
Los mayordomos encabezan la procesión para llevar al santo a una capilla
cercana. Allí se le entregan las ofrendas, se presenta la Danza de matachines y
se reparte comida a los asistentes. Se hace el cambio de mayordomos y se lleva
de nuevo el santo a la iglesia. A veces la ofrenda dura otros cuatro fines de
semana.
Las fiestas de mayor importancia son las de Semana Santa,
ligadas a los tiempos de sequía y la de San Miguel y San Francisco,
relacionadas con los elotes. Comparada con el mitote, la fiesta es un evento
más profano.
Música tradicional
En esta
categoría se encuentra el “mitote” tepehuano o “xiotalh” .Se lleva a cabo en
fiestas o rituales, se considera de gran importancia agrícola, está relacionado
con la lluvia y la madre tierra. Con ella se refuerzan los lazos familiares, a
través de la danza que se lleva a cabo cuando comienza la temporada de siembra,
todos los tepehuanos se reúnen y bailan alrededor del fuego, para pedir buenas
cosechas, ya que sus tierras son mu secas, en el verano hace mucho calor, en el
“mitote”. El miembro más importante es el chaman ya que este se encarga de
organizar y dirigir la ceremonia, se le puede identificar con facilidad ya que utiliza
un sombrero especial que tiene plumas,
el se encarga de limpiar el espacio donde se llevara a cabo la danza, en medio
colocan un arco simbólico con sus respectivas flechas clavadas en la tierra, ahí
se pone una pipa para fumar, una ofrenda de maíz, los hombres salen a cazar
venados, cuando comienza la ceremonia todos bailan imitando el sonido del
conejo y el venado, como cuenta la leyenda, esto dura muchas horas hasta el
amanecer ,como las estrellas en la noche. Es un
rito de iniciación para los adolecentes, curanderos, músicos y reproducción de
los sistemas internos de autoridades mediante el canto y el sonido del “arco”,
instrumento de origen prehispánico que se toca solo en situaciones rituales
específicas, se realiza desde 1980.
Vivienda
Los tepehuanes llegan a tener dos o más casas. La principal se
construye en una ranchería cercana a la familia del hombre. La misma familia
puede tener también una casa en la comunidad para asistir a fiestas o
asambleas. Otro tipo de residencia es la que instala una pareja junto con sus
hijos en el lugar donde trabajan la milpa. Alternan, pues, la convivencia de
varias familias con el aislamiento en sus rancherías dispersas; esto obedece a
sus necesidades productivas y de participación ritual.
Es un patrón regular que cada pareja tenga su cuarto y comparta
una cocina común aparte. Acompañan a esta distribución ancestral un carretón o
troje, y corrales o chiqueros para los animales.
Los materiales de construcción son diversos. Predominan las
casas de madera (tablas o troncos); siguen las de adobe, las de piedra con lodo
y, en los pueblos, las construcciones de concreto. Los techos de lámina y
cartón son más comunes que los cada vez más escasos de bajareque y paja. Los
techos son de dos aguas. Como característica particular puede observarse que
las habitaciones se levantan a medio metro del piso y se limpia su contorno
para impedir la entrada de alacranes y otros animales.
Infraestructura
El acceso terrestre a la zona es muy difícil ya que se ubica en
las inmediaciones de la Sierra Madre Occidental. Hay tres entradas principales
para vehículos: la de Fresnillo, Zacatecas, para llegar a Canoas y San Antonio
de Padua; la de Vicente Guerrero, Durango, para entrar a Santa María y San
Francisco Ocotán y la de la ciudad de Durango que se une a esta última y
continúa hacia Taxicaringa, Milpillas Chico y Lajas. Los primeros tramos son
asfaltados, después de terracería y en territorio indígena se convierten en
brechas transitables sólo para vehículos de alta suspensión.
Varias comunidades cuentan con pistas aéreas que se han
instalado para edificar los albergues escolares, pero no hay vuelos regulares.
Tampoco hay servicio de ferrocarril. Las rutas de autobuses sólo van a
Milpillas Chico, por lo que el medio de transporte más usual es pedir
"aventones" a particulares o a trabajadores de instituciones
oficiales que transitan en vehículos. Otra alternativa es transportarse a pie o
en animal, para lo cual se utiliza una vasta red de veredas que comunican a
pueblos y rancherías.
En cuanto a las telecomunicaciones, en 1990 se inició un
programa de telefonía rural por vía satélite que se abastece con energía solar,
además se instalaron casetas en las poblaciones de Charcos, Charco Grande,
Guajolota, Santa María Ocotán y Huazamota. El servicio de radiogramas sólo
existe en los campamentos de las industrias forestales, clínicas del Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS) y residencias de la Comisión Nacional Para el
Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), antes Instituto Nacional Indigenista
(INI). La televisión llega a pocos lugares que están a gran altitud, pero no
tiene buena señal. No hay telégrafo. No hay canales de riego ni mucho menos
redes de agua potable.
La atención médica institucional se ha incrementado y cubre gran
parte del territorio. La demanda que tienen es aceptable ya que no se contrapone
a los modos tradicionales de curación, además de que la atención es gratuita,
sólo se les pide a cambio que colaboren en actividades sociales.
Existen albergues escolares atendidos por la CDI; por su parte,
el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) organiza un
programa de alfabetización y regularización. La enseñanza que se imparte trata
de ser bilingüe, pero aún no ha sido posible cubrir todos los puestos con
hablantes de la lengua. Por medio de la SEP se instalaron cinco Centros de
Educación y Capacitación de la Mujer, dedicados al diseño de ropa y trabajos
manuales.
Organización social
La incorporación de las comunidades tepehuanas a la sociedad
nacional ha creado una compleja red en donde coexisten:
1) La autoridad moral representada por los ancianos, consejeros
y el notaste, o jefe del patio comunal del mitote, que resuelven los conflictos
familiares y políticos más relevantes de la comunidad.
2) El gobierno tradicional, formado por el gobernador o ixcai,
un alcalde mayor, un capitán y varios alguaciles, que se eligen por consenso
cada dos o tres años.
3) El comisariado de bienes comunales, encabezado por el
comisario y los jefes de cuartel, cuya actividad principal es la explotación
del bosque. También existen un secretario, un tesorero y el administrador del
aserradero. Los encargados se cambian cada tres años y se eligen por votación.
4) La presidencia municipal la ocupan con frecuencia individuos
de extracción indígena. Aunque no de manera directa, esta instancia intercede
en la tramitación de muchos de los asuntos de la comunidad, pero casi siempre
con fines partidistas.
Fuentes
Ubicación geográfica:
El origen del
término tepehuan:
Lengua de los
tepehuanos:
Gastronomía:
Vestimenta:
Mitos y leyendas:
Fiestas patronales:
Música:
Vivienda, infraestructura, organización
social:
Muchas gracias la información me sirvió :)
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